Maitland & San Martín
Seamos libres, y lo demás no importa nada
Gracias a una entrevista que le realizaron a Rodolfo H. Terragno hace unos años y en conmemoración del 17 de Agosto, me pregunté: ¿qué había permitido a los fundadores de la Patria concretar el objetivo emancipador? Para buscar respuestas, obtuve su libro Maitland & San Martín, 3ª. Edición, Universidad Nacional de Quilmes.
Preguntas que mantuve durante años —San Martín: ¿traicionó a España, fue un espía inglés, fue católico, fue masón?— fueron alumbradas durante la lectura. Certezas menores —como creer que el símbolo & es inglés—, quedaron dilucidadas. Y también se aclararon otras circunstancias importantes: la relación de San Martín con Beresford y Popham —ambos, invasores de Buenos Aires—; acuerdos y desacuerdos con Bolivar, Miranda, Bello, y otros emancipadores de Sudamérica; su controversia con las intenciones de Cochrane —jefe de la flota—, que quería no sólo tomar por la fuerza al Perú sino también pretendía la expansión de Inglaterra y un “beneficio directo”; la defensa que San Martín llevó a cabo con distintos uniformes: “22 años arriesgando la vida, a nombre del Rey de España, en guerras contra enemigos cambiantes. [...] contra Francia [...] contra Inglaterra y Portugal [...] contra los moros en África [...] contra corsarios por el Mediterráneo [...] incluso contra Napoleón, custodiando siempre a la bandera española”.
¿Por qué terminó luchando contra los realistas?
Esta última y tantas otras preguntas se esclarecen también.
Pero me asombré desde el inicio con un dato sorprendente: la gesta que el militar criollo José Francisco de San Martín llevó a cabo entre 1814 y 1821, había sido concebida en Londres, a principios de 1800, por un militar escocés: Thomas Maitland.
Terragno descubrió el Plan Maitland 181 años después de haber sido concebido. Mientras revisaba cartas y documentos de oficiales escoceses de principios del siglo xix. Mientras trataba de encontrar manuscritos sobre Sudamérica, en particular referenciados al Río de la Plata. Se conmovió al ver, en el inventario de los papeles de Maitland, una referencia a 47 hojas manuscritas, sin fecha, que un funcionario del Archivo General de Escocia había registrado bajo el título“Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego ‘emancipar’ Perú y México”.
No existía, en toda la bibliografía sobre la independencia de Hispanoamérica, ni un rumor sobre el Plan Maitland, ni referencia alguna a su autor.
Uno, impactado por este descubrimiento, se deja llevar a la profundidad de los detalles que presenta el libro:
· La versión original y la definitiva del Plan Maitland, incluso en inglés.
· El último objetivo del Plan, Quito —no México como fuera registrado erróneamente por el funcionario del archivo— sería el que (sin éxito) procuraría alcanzar San Martín.
· Maitland había propuesto que “A fin de tomar esas más valiosas posesiones, [era necesario] ganar el control de Buenos Aires, tomar posiciones en Mendoza, coordinar acciones con un ejército en Chile, cruzar los Andes, derrotar a los españoles y controlar Chile, continuar por mar a Perú, emancipar al Perú”.
· “Maitland previó que el dominio español en Sudamérica sólo llegaría a su fin cuando Perú fuera independiente. Su profecía comenzó a cumplirse 21 años más tarde, cuando San Martín entró en Lima, proclamó la independencia de Perú y se convirtió en su primer gobernante”.
¿Por qué razones Inglaterra no pudo concretar ese plan?
El mismo Maitland se encarga de observarlo cuando dice que, “en todos los planes” para atacar Hispanoamérica, “los emolumentos de los individuos parecían ser la parte más importante a considerar”. Los expedicionarios solían ser movidos por “la perspectiva de un beneficio inmediato”.
En una carta de 1812, explica Terragno, Selkirk —que analizaba una posible expedición a la América española—, le decía a Hippisley —miembro del Parlamento y oficial que le encargó la confección del plan a Maitland—: Cualquier expedición parcial o depredadora [...] serviría sólo para deshonrar nuestro carácter nacional. Esta es una empresa en la cual los talentos de un estadista se necesitan mucho más que los de un general [...] Nuestro ejército no tiene abundancia de oficiales que tengan, siquiera, talento militar. ¿Cómo podemos esperar encontrar un hombre que una ese talento a los que se necesitan para ser estadista y legislador?
San Martín demostró esas virtudes, continúa Terragno: cruzó, con un ejército precario, una de las cadenas montañosas más altas de la Tierra, sorprendió y derrotó a un ejército superior, armó una flota de la nada y obligó al poderoso poder colonial español a entregar Lima, sin lucha.
ORDEN GENERAL DE JOSÉ DE SAN MARTÍN
27 de Julio de 1819
Compañeros del exercito de los Andes:
... La guerra se la tenemos de hacer del modo que podamos: si no tenemos dinero, carne y un pedazo de tabaco no nos tiene de faltar: cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos trabajen nuestras mujeres, y si no andaremos en pelota como nuestros paisanos los indios: seamos libres, y lo demás no importa nada...
... Compañeros, juremos no dejar las armas de la mano, hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje.
Una proeza basada en su capacidad estratégica, visión de estadista, buscando todas las alternativas posibles.
Sin improvisación. Sin buscar la gloria personal, ni la tranquilidad de este territorio hoy llamado Argentina, sino la emancipación del continente.
Y en tiempos en que no se juraba en vano, en un despacho, con la mano sobre los Santos Evangelios.